Una experiencia catalana en la ciudad
Cuando se habla de comida catalana, muchas veces no sabemos qué esperar ya que realmente no existe una gran oferta de restaurantes en la Ciudad de México que nos ofrezcan los deliciosos platillos catalanes. Es por eso, que decidimos visitar el restaurante “Cassola” ubicado en la calle Marsella número 45, en la resurgente colonia Juárez, dentro del Orfeó Català de Mèxic.
¿Por dónde empezamos? Digo, sabemos que México –y en específico la Ciudad de México- se caracteriza por tener un excelente servicio restaurantero, pero Cassola va más allá de eso, podríamos decir que te hacen sentir como si llevaran semanas esperando a que llegaras, como si te hubieran extrañado, como si en verdad tu presencia hiciera la diferencia en el lugar y eso no se compra ni se enseña… solo fluye.
Además de tener un buen ambiente comensal, el lugar es mas que acogedor. Rodeado de recuerdos en fotos y en sentimientos, Cassola representa a más de una generación de artistas, de cantantes que han paso por el Orfeó Català y de hecho, si tienen suerte, tal vez puedan deleitarse con las voces de personas que aún ensayan en ese lugar.
Desde el momento en que te sientas puedes deleitarte con los diferentes aromas que provienen de la cocina, hasta que por fin llega lo primero: el pan. Hecho en casa con un delicioso crujir. Después nos deleitaron con el vino de la casa, un Viña del Sol con una combinación de Merlot, Tempranillo y Cabernet (ojo: no por ser vino de la casa, que generalmente tienen precios accesibles, significa que son malos vinos, al contrario, por algo son “vinos de la casa”) este vino fue seleccionado como tal ya que queda con cualquier platillo que ordenen del menú. Realmente la cava de vinos es –en su mayoría- de vino tinto; sin embargo, si no eres tan fanático del vino tinto, te recomendamos pedir algo único de Cassola: la Cerveza Damm (No la vamos a describir, vayan y conozcan este pedazo de malta).
Y ahora si, lo estelar: La comida. Empezamos con una fabada espectacular, con un sazón y sabor que ni en los mejores lugares de comida española (perdón por esto, lectores de Catalunya) hemos probado una mejor.
Como plato fuerte, probamos dos tipos de Fideua: el tradicional y el negro, pero solo nos enfocaremos en el segundo. Claro que los dos son ampliamente recomendables pero el Fideua negro de Cassola debería ser famoso…la textura, el sabor, el color y sobre todo el aroma de ese platillo, en verdad, es algo único. Una vez que pruebas el Fideua negro te enamoras de Cassola.
Terminando una excelente comida -contando con la compañía de personas de la misma calidad- pedimos hablar con el Chef Nahum Gaspar Ramírez, quien se sentó con nosotros y entablamos la conversación, nos compartió algunos secretos de la comida que no vamos a contar ya que esos tres ingredientes son básicos para la cocina de Cassola, el único que vamos a compartir es el primero: Cuando le preguntamos por qué la comida de Cassola sabe tan diferente nos dijo que por el ingrediente secreto: El cariño.
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